Low Carbon City

Septiembre 2020.

Los ciudadanos del mundo, conscientes de la crisis climática a la que nos estamos enfrentando, que se suma a la actual crisis social, política, sanitaria y económica desencadenada por el COVID-19, hacemos un llamado a los gobiernos, las empresas, los tomadores de decisiones y a los ciudadanos, a construir de manera colectiva comunidades regenerativas, resilientes y que prioricen la reducción de emisiones.

Reconocemos los logros de la ciencia, las políticas públicas y la práctica del desarrollo sostenible desde finales de los años 70 hasta hoy; sin embargo, resaltamos cómo la actual crisis ha desencadenado retos sistémicos, que están conectados, y cómo estos afectan de manera desproporcionada a los más vulnerables.

En vista de la interconexión de los retos que enfrentamos (la crisis climática, los retos sociales, la pérdida de la biodiversidad), debemos pensar también en soluciones sistémicas, relacionadas entre sí. Además, este camino ofrece múltiples oportunidades para un desarrollo próspero donde el capital social, capital vivo, capital material, capital espiritual, capital financiero, capital cultural y el capital experiencial, estén en armonía.

No es suficiente esperar cambios mínimos para garantizar niveles de bienestar humano. Necesitamos enfocarnos en cambios transformacionales en lugar de cambios incrementales. Necesitamos una visión innovadora que nos permita construir nuevas narrativas, imaginarios y desarrollos posibles; donde la economía esté al servicio de la sociedad, se articule con las dinámicas de la vida y promueva la regeneración de nuestros ecosistemas.

Para construir esa visión, necesitamos la participación creativa de todos. Sin importar nuestros orígenes, cada uno de nosotros es un ciudadano del mundo, que además de enfrentar los retos del cambio climático, es también parte de la solución y puede ser un agente de cambio que movilice a la acción. Esta declaración nos invita a unirnos y construir soluciones colectivas para los desafíos del cambio climático en todos los contextos geográficos, culturales, sociales y étnicos.

Es el momento de cuestionarnos, de aprender con una mirada compasiva de las lecciones del pasado, y de reflexionar sobre cómo podemos mejorar nuestro presente. De esa manera, podemos construir consciente y colectivamente, nuestro compromiso con un mejor presente y con la existencia de un futuro saludable para las personas y el planeta.

Por ende, invitamos a todos los interesados a manifestar su apoyo, a ir más lejos y construir de manera conjunta un verdadero programa para la regeneración de nuestro planeta. Todos podemos asumir un compromiso desde ahora, que nos lleve a generar cambios que impacten al menos los primeros 10 metros más próximos a cada uno.

Es por ello, que unimos nuestras voces para promover:

  • El reconocimiento del bienestar como un estado en el que todos nuestros sistemas sociales, económicos y naturales, al estar interconectados, generan y alimentan relaciones mutuamente beneficiosas.
  • La educación y sensibilización para abordar el cambio climático y el cambio de modelos hacia la regeneración.
  • Colaborar de manera efectiva en el fomento del capital social y ecológico de nuestras comunidades, con una mirada holística del capital que integre: experiencias, cultura, redes, finanzas y naturaleza.
  • Respeto y consideración profunda por los contextos locales con sus propuestas y miradas de desarrollo, ya sean económicas, culturales o ecológicas; para que el desarrollo se adapte a las circunstancias del ecosistema local y donde lo global, nacional y regional se nutran de estas perspectivas.
  • El uso de la tecnología e innovación, para habilitar el “buen desarrollo” que fortalezca la salud de un sistema económico al servicio de la sociedad, articulado con las dinámicas de la vida y la regeneración de nuestro planeta.
  • La participación de todos los ciudadanos, universidades, organizaciones de la sociedad civil, instituciones públicas y privadas, para que los formuladores de políticas y tomadores de decisiones, escuchen sus propuestas e integren sus perspectivas.
  • El respeto de las opiniones y validez del pensamiento de las niñas, niños y adolescentes en el diseño e implementación de políticas públicas, así como de las nuevas visiones para la construcción del presente y el futuro.
  • La promoción y transformación hacia una sociedad próspera, donde prime el bienestar, tengamos acceso al agua, al aire limpio y a suelos fértiles; donde prospere la salud humana y de los ecosistemas de manera que se mantengan los esfuerzos y las acciones propuestas por la “Declaración ciudadana de Low Carbon City 2015-2020 para promover ciudades bajas en carbono”.
  • La financiación e inversión de ideas e iniciativas que promuevan la regeneración de nuestro planeta desde la economía, la sociedad y la naturaleza. Las finanzas deben ser un medio para una economía saludable, que esté al servicio de la sociedad y del planeta.
  • La transparencia y rendición de cuentas en el ejercicio de la política pública, la ciudadanía corporativa y la gobernanza climática local, nacional e internacional.
  • Una recuperación de la economía enfocada en el desarrollo de negocios verdes, inclusiva y resiliente, que promueva el empleo decente y una transición justa de la fuerza laboral.
  • El trabajo en conjunto y creativo en pro de estos objetivos, involucrando a todos los sectores y asumiendo las responsabilidades individuales y colectivas para el cambio.
  • La voz de la ciudadanía como agente de cambio, movilizadora de la transformación y la transición hacia una cultura regenerativa.
Construimos nuestro trabajo y esta declaración sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible  presentados por las Naciones Unidas en 2015, así como el Acuerdo de París, el Marco de Sendai para la reducción de riesgo de desastres y la Nueva Agenda Urbana. Así mismo incorporamos los principios del desarrollo regenerativo de diversas fuentes, y el Global Risk Report del World Economic Forum. 
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